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En el desierto entre Estados Unidos y México se encuentran separadas por una cerca de acero de 6 metros de alto las dos Nogales. Estas ciudades han quedado atrapadas en medio de una guerra sin cuartel contra el tráfico de drogas, armas y personas.

Infierno en la frontera sigue a los oficiales de policía y sus perros altamente entrenados, quienes rastrean la zona día y noche para capturar a estos traficantes. Intrincados sistema de túneles, baúles de automóviles llenos de cocaína y cadáveres atrapados en el fuego cruzado es sólo parte del día a día que enfrentan estos oficiales y sus fieles acompañantes caninos, quienes se han convertido en la última línea de defensa.